lunes, 26 de enero de 2009

"El turno que nunca fue"

Todo empezó cuando me levanté a las 8.45 para vestirme y acompañar a mi abuela al oculista.
Me vestí, me lavé los dientes, me peiné y me fui a la cocina.



En la cocina estaba mi abuela sentada a la mesa desayunando una taza de 2 litros de café con leche, me mira y me saluda:



Abuela: Buen día!

Yo: (con mucho sueño) bueen diia... a qué hora tenés el turno??

Abuela: a las 10.50

Yo: uh!! tan tarde?? y para qué vamos tan temprano?

Abuela: porque a veces te dejan entrar antes...

Yo: ah! bueno...



Termina el desayuno y empieza a dar vueltas buscando papeles y cosas para poder irnos de una vez.



Yo: en que nos vamos?

Abuela: en taxi, pero lo vamos a ir a tomar a la ruta.

Yo: bueno. A qué hora tenés el turno?

Abuela: a las 10.50.

Yo: bueno.



Emprendemos nuestro camino de una cuadra hasta la ruta, cuando llegamos tomamos el taxi y comenzamos a viajar hasta la clínica.



Yo: a qué hora me dijiste que tenías el turno?

Abuela: a las 10.50.

Yo: ah! bueno



Cuando llegamos, subimos la escalera del hall de entrada y tocamos el timbre del portero. Esperamos unos minutos a que alguien nos abriera la puerta, pero no pasó nada.



Abuela: estarán de vacaciones??

Yo: ... no me dijiste que tenías turno??

Abuela: si

Yo: entonces no están de vacaciones.

Abuela: ah! claro... Hoy es 27 no??

Yo: ... ... .. no... Hoy es 26...

Abuela: no!!

Yo: Si!!

Abuela: ay!! yo tengo el turno el 27!!!



Nota mental: en vez de preguntar tantas veces a qué hora es el turno, es mejor preguntar QUÉ DÍA es el turno.



Conclusión: mi abuela me pagó un desayuno en el centro y volvimos a casa..

No hay comentarios:

Publicar un comentario